miércoles, febrero 15, 2006

¿Solo nostalgia?

¿Solo nostalgia?


Y vuelvo al hogar,
hogar, dulce hogar,
nostalgia, agridulce nostalgia.
¿Por qué me hipnotizas de esa forma?

Suspiro por verte y sentirte de nuevo,
pero se muy bien que eres pasado y no espero.
Sentir tu caricia de mar en mi cuerpo,
¿como puede haber pasado tanto tiempo?
No solo al acercarme te siento, pues yo,
reviviendo historias y cuentos,
permanentemente en el recuerdo te tengo.
¿Acaso será ese mi esperado cielo?
Acontecimientos muy buenos hay fuera,
eventos preciosos y quizás más perecederos,
pero tú, edén olvidado, eres único (a propósito) hasta para el tiempo.
¿Y tú?, ¿sientes lo mismo?

Cada uno de tus rincones me los conozco,
como quien se mira su propio cuerpo (amándolo y odiándolo).
En ellos aprendí todos los sentimientos,
el enamoramiento e incluso los más difíciles como el viaje junto al barquero.
Por eso te doy las gracias, y no solo por proporcionarme salud,
aunque siempre me parezca poco.
Y creo que porque parte de mi alma decidió quedarse allí contigo,
y con humilde ignorancia pienso que nunca,
podré expresar todo lo que siento con un simple escrito.
Aún recuerdo esas tardes de sol,
atrapado en tus amigos juegos.
Aún rememoro esas mañanas de vida,
junto a las personas que me la dieron.
Aún evoco esas noches paradisíacas,
solo o acompañado de mi inseparable compañero.
Aún saboreo, y me pregunto,
¿será posible que algún día ellos borren de su memoria tantos recuerdos?
Por la mañana, tu aroma es pan recién hecho.
Por la tarde, eres asfalto y cloro.
Por la noche eres ruido deliciosamente ensordecedor, más conversaciones únicas.
¿Por qué me percataba de tu presencia cuando habían pasado dos semanas?
Y tú, en tu embriagadora grandeza,
sobre todo los días vestidos de rojo,
me presentabas aunque no quisiera, a tus supuestos amigos que venían a verte.
¿Por qué me gustaban hasta tus días de enfado, de lloros y de ajetreo de tu pelo?

Arrodillado y vencido, termino.
Termino, pero no sin antes orar.
Orar por aquellos que estuvieron o se han ido,
exigiendo a la vez que suplico,
a mi amor y a mis verdaderos amigos, que me busquen en sus calles y orillas,
si algún día caigo en el olvido.


4 comentarios:

CP dijo...

:o :o Enlazado queda desde mi blog... la verdad es que el tema este de la nostalgia siempre ha sido una debilidad mía :)

Unknown dijo...

No se que decir, entre los tres me teneis alucinada.

Me da hasta vergüenza atreverme a escribir :P


Es precioso peke!

Anónimo dijo...

Sin palabras. Aunque si hay algo mejor que tus versos, es poder leerlos en tu mirada. No hay mejor amigo, que el que te comprende con solo un gesto. Te deseo la mayor suerte del mundo en la busqueda del camino de la felicidad. A la nostalgia se sobrevive mejor en compañia de un buen amigo. Gracias por estar siempre ahi.

Un abrazo enorme.

Una flor.

DarthIA dijo...

Totalmente evocadora... Lo he leido tarde, pero me he sentido libre, en paz al leer tus versos.

La nostalgia nos acompaña. Sobre todo en momentos de debilidad del alma. Pero no debe guiar nuestros destinos. No tendría sentido que por culpa de la añoranza hipotequemos el resto de nuestra vida.

Nunca he sido persona de mirar hacia atrás. Pero un guiño casual es a veces incluso necesario. Volad, volad hacia delante sabiendo de dónde venís. Sólo así podremos sobrevivir a nuestro presente, y llegar al futuro, que a buen seguro, será mejor.